Frisby pierde los derechos de su marca en Europa: el conflicto que preocupa a una franquicia colombiana

Una disputa legal relacionada con la propiedad intelectual ha puesto en el centro de atención a Frisby, una de las cadenas de comida rápida más reconocidas de Colombia. La marca, conocida por su emblemático pollo frito, enfrenta una inesperada pérdida: los derechos de su nombre en territorio europeo ya no le pertenecen, al menos por ahora. ¿Qué pasó y qué implicaciones tiene esto para las marcas que quieren llegar a otros mercados?
Un ícono nacional con presencia en el exterior… solo en papel
Frisby nació en la ciudad de Pereira en la década de 1970 y, con el paso del tiempo, se ganó el cariño de millones de colombianos. Con más de 270 sedes a nivel nacional, su expansión ha sido constante dentro del país. En 2005, anticipando una posible llegada al mercado europeo, la compañía registró formalmente su marca en la Unión Europea. Sin embargo, nunca llegó a operar activamente allí.
Una nueva empresa en España toma el nombre
En diciembre de 2024, una sociedad limitada registrada en Bilbao, bajo el nombre Frisby España S.L., comenzó a abrir restaurantes usando el mismo nombre comercial. Para muchos migrantes colombianos en Europa, esto parecía una extensión natural de la franquicia original. Pero pronto se supo que no había ninguna relación oficial entre ambas empresas.


Frisby S.A. BIC, la compañía colombiana, afirmó públicamente no tener vínculos con la firma española y denunció el uso indebido de su identidad visual. Pese a esto, las herramientas legales parecían favorecer a la nueva empresa europea.
La UE anula el registro colombiano por falta de uso
La clave del conflicto está en un principio fundamental del derecho de marcas en la Unión Europea: una marca registrada que no se usa durante un período prolongado puede perder validez. Bajo este argumento, Frisby España solicitó la cancelación del registro original colombiano. La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) aceptó esta solicitud, retirando a Frisby Colombia los derechos exclusivos de la marca en Europa.
La única salida ahora es que la empresa colombiana demuestre, antes de julio de 2025, que ha utilizado comercialmente su marca en el territorio europeo. Si no lo logra, el nombre quedará legalmente en manos de Frisby España S.L.

Un llamado de atención para las marcas que miran al exterior
Este caso expone una realidad que muchas empresas pasan por alto: registrar una marca no es suficiente si no se le da un uso real y comprobable. No basta con tener la intención de expandirse, hay que demostrar actividad comercial para mantener la titularidad de una marca en el extranjero.

También abre un debate sobre los límites éticos. Aunque Frisby España actuó dentro de los márgenes legales, utilizó elementos gráficos similares a los de una marca consolidada en otro país, lo que causó confusión entre los consumidores.
Conclusión
La disputa por el nombre Frisby en Europa es mucho más que una batalla por derechos comerciales. Es una advertencia para todas las marcas que aspiran a crecer globalmente: si no usas tu marca, puedes perderla. Y en un mundo donde la identidad visual vale tanto como el producto, protegerla es una prioridad que ninguna empresa debería descuidar.
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